Editorial 8ª Edición.

EDITORIAL

La cesantía juvenil es un tema que atañe a toda nuestra sociedad, ya que cada día son más las personas que salen a laborar a temprana edad, las cuales en busca de mejores condiciones económicas, se inmiscuyen en un mundo nuevo para ellas, como lo es el trabajo. Es por esa razón que los dueños o encargados de las diferentes vías de opciones de trabajo, pagan unos sueldos miserable o simplemente no brindan la oportunidad para que estos jóvenes desempeñen un rol activo en la sociedad, dejándolos sin oportunidades en el presente, pos una supuesta “falta de experiencia”, argumento que es bastante usado actualmente para cerrar las puertas a miles de personas que van en busca de una determinada labor, para la cual muchas veces se sienten capacitados o simplemente tiene en anhelo de realizar una buena función, pero ven trucadas sus posibilidades al encontrar en aquella fuente laboral un portazo enorme.

La única manera de demostrar que no existe una discriminación hacia los jóvenes, es brindando oportunidades y pagando sueldos dignos, ya que si un empleado con experiencia gana X cantidad de dinero, un joven desempeñando la misma o inclusive mejor labor que ese trabajador, por lo menos debería obtener la misma cantidad de salario, pero en la realidad eso no ocurre, porque se privilegia a la experiencia en vez de complementarla con la juventud, o acaso no es común ver los típicos avisos “se necesita secretaria con experiencia”. Ese es un claro ejemplo de lo que estamos hablando, la escasa oportunidad para los trabajadores jóvenes.



Volver a 8ª Edición