Europeos y Latinoamericanos

La diferencia entre estas dos comunidades es aterradoramente abismante, el trato hacia un ciudadano del viejo continente es casi como de un plebeyo dirigiéndose a un rey, en cambio cuando un vecino americano llega a nuestro país para residir, se le trata como un ladrón, como una persona que nos viene a desplazar en nuestros puestos de trabajo, y ¿por qué?, porque a los peruanos (el ejemplo más común hoy en día) les pagan una suma de dinero vergonzosa y esto le permite abaratar costo a los patrones de Chile, pero en el momento que se aprueben leyes como la de amnistía, estas situaciones serán regularizadas y no existirá más esta diferencia en nuestro país, pero si los chilenos no tenemos una conciencia de ayuda social en la región estas iniciativas no servirán de nada, ya que, el odio implantado en la raíz de la sociedad siempre estará.

La discriminación, el racismo y la xenofobia son actos despreciables, que se viven tanto en nuestro país como en el extranjero, cuando un compatriota llega, de la misma manera que llega un peruano o un boliviano a nuestro país en busca de nuevas oportunidades, a un país de Europa o a “la tierra de las oportunidades”, llámese Estados Unidos, también puede sufrir estas atrocidades, de echo años atrás, un país que constantemente es receptor de colonias chilenas como lo es Suecia, ponía es sus tiendas comerciales letreros que en español se traducían como, “si ve a un chileno robando, déjelo, es su cultura”, que ejemplo más terrible de discriminación que éste. Claro que, por supuesto siempre han existido delincuentes en todo el mundo, pero encerrar a toda una colonia como ladrones, por ciertas situaciones particulares no es valido, ni aquí ni en “chuchunco city”.

Sin duda, tenemos la firme esperanza, de que reuniones como la Cumbre Iberoamericana, que se hizo hace algunos días, sirvan para dejar atrás problemas como éste, que a través de estos hombres y mujeres que hoy lideran el mundo, se escuche un mensaje de solidaridad, hermandad y tolerancia a los procesos de cambio, que al fin y al cabo sirven para mejorar nuestra calidad de vida, ya que, con actos bondadosos como la integración a inmigrantes, ciertamente, seremos mejores personas.

Sin embargo, esta ayuda de sociedad es un grano de arena, en un mar de injusticias sociales, como hoy muchos de los mandatarios latinoamericanos, y cualquier persona que abre los ojos se da cuenta. La distribución de las riquezas en la región y en otras partes del mundo son una burla a la inteligencia de las personas, un insulto directo a las gente que se esfuerzan para salir adelante junto a sus familias, y es por estas razones que encontramos totalmente lógicas, algunas declaraciones que hablan de la gran culpa en todo esto del brutal avance del neoliberalismo en el mundo, del mercado donde los pobres son prácticamente considerados como “daños colaterales” en el camino al “progreso globalizado”, esos pobres son los inmigrantes que hoy llegan a nuestro país y somos nosotros que llegamos a una nueva tierra en busca de un mejor futuro, el que no encontraremos en la propia tierra, a causa de estas mismas desigualdades.

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